Una vez determinadas nuestras necesidades, podemos iniciar el diseño de nuestro dispositivo. Este diseño normalmente incluirá un chasis, una tarjeta controladora con memoria, y dispositivos de entrada/salida según nuestras necesidades.
Si contamos con experiencia en ingeniería mecánica y electrónica, es posible llevar a cabo nuestro propio diseño. De no ser así, como puede ser para muchos desarrolladores de software, podemos recurrir a empresas especializadas en el diseño y manufactura de este tipo de dispositivos. Estas empresas se conocen como ODM´s (por sus siglas en inglés, Original Design Manufacturer). Existen múltiples proveedores con esta capacidad, encontrando buenas opciones en mercados como Taiwán.
Es muy probable que existan ya dispositivos probados que se adapten a nuestra necesidad. De no ser así, estas empresas nos cobrarán normalmente un cargo por diseño y, para que nuestro proyecto sea económicamente viable, debemos ordenar un volumen de unidades que al menos involucren algunas centenas.
Una vez que contamos con un dispositivo de pruebas que se asemeje en lo esencial a nuestro dispositivo deseado, podemos trabajar en desarrollar o adaptar nuestra aplicación para este.
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